jueves, 28 de agosto de 2008

El libre Imaginario

Éste, de locura deambulaba por las calles entrevistando cada rincón de las callejuelas y aceras, siempre salía con una esperanza, que algo iba a encontrar, mientras miraba cada rincón imaginaba un mundo enmohecido y soez , decía: - Eso que esta tirado es lo que yo creo?- Y analizaba cada momento que ocurriera, cuan si así fuera en la realidad, y se acercaba expectante y decía – parece que aquí hubo una persecución, entonces el inculpado tira a un costado de la acera toda su mercadería, y se acercaba airoso, dándose cuenta, que solo es un papel mas grande tirado por la calle- Y en cada mirada, una historia que asemeja, la imaginación furtiva de este hombre, y pensaba: - Cómo alguien, por todo este camino que he llevado, no la ha vendido, cayéndosele algo.- Y así, rumbo tras rumbo la fe se hacia mas fuerte, pasaban días, en que encontraba su mayor vicio tirado en una calle, preguntándose: - nadie lo habrá visto?, y continuaba caminando imaginando historias y decía: - Aquí cayó un joven en la pelea, tenia sus bolsillos con una bolsa de vicios, y al caer por un golpe hacia el suelo perdió todo como en la guerra, y así continuaba enardeciendo su camino.

Otro día pasa lo imaginado, recoge lo que vio, claro, sin antes descubrir por que yacía en ese lugar, diciendo: - Por el parachoques tirado en ese piso, aquí hubo una accidente, una colisión, los choferes discutieron fuertemente, y a uno le golpeo con un palo en la cabeza entonces calló, vino la policía, se llevó a los dos choferes y nadie se acercó a este lugar y los pacos no vieron nada. Y mientras caminaba toda la gente lo miraba, estaban asustados y espeluznados, y el hombre caminaba con la frente bien en alto, e irradiaba felicidad, pero por fin las cosas, sucedieron como dijo, y adquirió este gran poder, de prever las cosas en la imaginación y sacarlas a la realidad, y todos respetaban a este hombre por su poder inigualable y querían estar cerca de él, por que a él si que las cosas le salían como quería.

Raúl Belmar Alanis

sábado, 23 de agosto de 2008


Qué gritaremos de mañana
En la tortura de la esperanza
Dónde esconderemos los soles
Que afloran en cada pecho
En el instante de vida

Nada perturba la conciencia
Y susurramos aguerridos
Sobre las flores de los parques
Que continuamente
Fueron llenando la insoluble decisión
Engañada por tus ojos
En cada noticiero de farándula
Mientras
Alistamos a nuestros niños
A la escuela
Y se especula del futuro
Donde las corbatas
Serán la mejor arma
Para herir
Al que desorientadamente
Emane la inocencia.